[Taller] Entender y contar Medio Oriente

Del libro "Los que esperan", ilustración de Alina Najlis
ABIERTA LA INSCRIPCIÓN hasta el 1/11/2020.
Este es un taller para quienes quieran conocer parte de la historia política de Medio Oriente sin moverse de su casa y para quienes deseen viajar al territorio para producir historias. Se trata de una región compleja donde la realidad tiende a ser tanto generalizada como simplificada. Y es debido a dicha tensión, que el arte -en su conexión con la política- nos permite tratar de entender cuáles son las dinámicas, las culturas, los discursos que atraviesan una zona atrapada entre países tan disímiles como Egipto, Irán, Yemen y Turquía
Costo: 60 dólares. 5000 pesos para argentinos.
El curso estará a cargo de Ezequiel Kopel.

-Forma de cursada y duración: Clases en línea interactivas y de frecuencia semanal desde el 05/11/2020 . La clase semanal durará 120 minutos, quedará grabada para acceder offline y habrá un apoyo personalizado por un/a editor/a de Late de manera permanente en caso de producir una historia.
-El horario de la mayoría de las clases será definido en consenso con la cohorte de alumnxs. Si no puedes participar de las clases puedes verlas en cualquier momento en línea.
–Esta es una postulación, la confirmación de la participación quedará sujeta a aprobación del Consejo Editorial de Late.
-Se entregarán certificados de participación al final del curso.
INSCRIPCIONES:
[contact-form-7 404 "No encontrado"]Ezequiel Kopel nació en Buenos Aires durante octubre de 1978. Estudió periodismo, fotografía y cine. Vivió más de una década en Medio Oriente dividiendo su tiempo entre Israel, Cisjordania, Egipto entre otros. Desde hace años se dedica al periodismo y al análisis de las problemáticas de la zona. Escribió el libro “La disputa por el control de Medio Oriente y colabora en las publicaciones “Nueva Sociedad”, “Revista Ñ”, “Panama Revista”, “Le Monde Diplomatique”, etc. Actualmente divide su tiempo entre la región que lo apasiona y su país de origen. Se encuentra preparando un nuevo libro sobre las colonias israelíes en territorio palestino.
-Contenido, por Ezequiel Kopel:
Vamos a aprender sobre arte político en Medio Oriente para, en el fondo, entender cuales son las narrativas que atraviesan el territorio. Y vamos a intentar producir historias a partir de todo eso.
El Guernica árabe es esta maravilla que Dia Azzawi hizo sobre “Sabra y Shatila”.
— Ezequiel Kopel (@ezekopel) September 17, 2020
La vamos a ver en el taller de arte político en Medio Oriente que vamos a dar muy pronto en @revistalate pic.twitter.com/wfyOwwbILdSi bien ha tomado muchas formas, el arte político en Medio Oriente casi siempre está impulsado por el cuestionamiento de la autoridad y el deseo de atacar la corrupción personal o grupal. Aunque es imposible categorizar cada una de las instancias del arte político, es importante reconocer las muchas formas en que el arte se ha utilizado para afectar la conciencia social, especialmente cuando se plantea como noción de propaganda o crítica.
Un ejemplo de arte político actual es el grafiti, proveniente de la palabra griega “graphien” (escribir), no constituye en la actualidad una novedad dentro del arte popular urbano. Definido como “el acto de inscribir o dibujar en las paredes con el propósito de comunicar un mensaje al público en general”, el grafiti tiene sus orígenes en Egipto durante el periodo faraónico, cuando los egipcios solían documentar su vida cotidiana en las paredes de sus templos. Sin embargo, en la actualidad, muchas veces el grafiti fue declarado ilegal y clasificado como un delito. Antes de la revolución de 2011, que sacó del poder al dictador Hosni Mubarak, el grafiti egipcio consistía principalmente en manifestaciones religiosas, publicitarias o románticas, a pesar de que algunos artistas urbanos ya estaban desplegando sus mensajes políticos no censurados contra el régimen de Mubarak, amparados en la protección de las noches cairotas.
La televisión y el cine están parcialmente censurados en algunos de los países del Golfo como Irán o Siria. Mientras, otras autoridades algo más permisivas como el estado israelí o la Autoridad Palestina permiten cierta disidencia y concentran su represión en estrechar su control sobre las redes sociales. Son muchos los artistas que pueden eludir las restricciones a la libertad de expresión camuflando su mensaje a través de su arte, utilizando metáforas y alegorías. Como lo hace “Voleibol”, de Khaled Jarrar, creación hecha de cemento retirado del Muro de Separación construido por los israelíes; “Revolución” de Reda Aberrahman, firmado por manifestantes en la Plaza Tahrir; o “Continuará” de Sherif Waked, que tiene un actor -en lo que parece ser el video despedida de un yihadista- leyendo extractos de “Las mil y una noches” para terminar de subvertir las expectativas y sugerir que el “terrorista” podría querer vivir para contar otra historia. Con mucho más margen en el arte que en otros campos, eventos como Art Dubai han presentado discusiones sobre temas supuestamente fuera de los límites tolerables como la igualdad laboral, los derechos de las mujeres, la homosexualidad en el Golfo; sitios como el Qatar Museum tienen entre sus colecciones permanentes fotografías de la marroquí Leila Alaoui, que relatan los padecimientos de refugiados sirios en El Líbano, Jordania e Irak.
El arte político de resistencia es una reacción contra la opresión y sería un error separar el arte de su contexto. Existe, sin embargo, el riesgo de imponer una interpretación extranjera, o solo abrazar la cara más “amena” para el espectador extranjero como nos recuerda la reacción que suscitó en un anciano palestino una de las pinturas de Banksy sobre el controvertido muro israelí que separa a Belén de Jerusalén. Una popular anécdota relatada por el mismísimo ayudante palestino del artista recuerda como el octogenario ciudadano de Belén se acercó al popular creador y le dijo que su dibujo sobre el muro de una paloma de la paz luciendo un chaleco antibalas se veía hermoso, pero “no queremos que sea hermoso, odiamos este muro. Lo mejor es que te vayas a tu casa”.
Arte y política en Medio Oriente: cuatro clases, un mes, un docente, un grupo de editores y muchas historias que te esperan ser contadas.
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