| diciembre 2019, Por Nicolás Cabrera

Círio de Nazaret, la fiesta católica más grande de Brasil

“Meu filho vês aquela claridade
É a cidade na escuridão
O barco singra as águas e pulsa feito um coração
Cheio de alegria
Bálsamo, bênção
O círio de Nazaré
Tu verás será menino algo pra não se esquecer
pra colar no teu caminho
feito o som de uma viola que te fez chorar baixinho
Quando vires a senhora ficarás pequenininho.”


Círios, letra de Vital Lima e Marco Aurélio.


Desde que fue oficializada el 8 de septiembre de 1793, todos los años en Belén, capital del Estado de Pará en la región amazónica de Brasil, millones de fieles, curiosos y turistas se reúnen en un intenso ritual que amalgama contrastes. Lo profano y lo pagano, lo trágico y lo carnavalesco, la fe y la voluntad, las jerarquías y el llano, la industria y el amor. 

En la procesión del Círio de Nazaret, la mayor fiesta católica de Brasil, durante varios días las y los fieles cumplen con lo prometido o rezan nuevas plegarias en nombre de la virgen “Nossa senhora de Nazaré”. Hay quienes recorren arrodillados más de tres kilómetros de sacrificio y dolor. O los que aguardan durmiendo en la calle durante tres días, para intentar tocar a la Virgen cuando pase. No faltan los cuerpos que no resisten; tampoco los que ayudan a aguantar.

El Círio de Nazaret ya es un credo que se tornó identidad. Testifica una verdad que parece olvidada: por estas tierras, ningún dios ha muerto.

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