| junio 2018, Por Daniel Wizenberg

Día 12: Un poco de amateurs

En un final infartante Portugal empató con Irán y España con Marruecos. Uruguay bajó a Rusia a tierra. Egipcios y saudíes jugaron un partido político. España-Rusia y Uruguay-Portugal los primeros cruces de octavos definidos.

1 🇵🇹🏆🇮🇷 1

Por unos centímetros

GRUPO B

El partido fue cerrado y áspero en todo momento. Dominado más por el ganar-como-sea que por la construcción de jugadas pensadas. Ambos equipos decidieron llegar al área contraria avanzando pero no atacando.

Así fue como apareció un intento de socio en Portugal para Ronaldo: Quaresma. La clavó en un ángulo durante el primer tiempo y puso adelante a Portugal en un momento clave.

A los 53 minutos, tras revisar la jugada en el VAR, el árbitro sancionó un penal para Portugal que pudo haber sentenciado a los iraníes. Pero Ronaldo, como Messi frente a Islandia, lo falló. O mejor dicho, lo tapó Aireza Beiranvand. El 1 iraní ganó su propio Mundial con esa tapada. Aireza escapó de su casa cuando era niño y vivió en la calle varios años, durmiendo enfrente del estadio del Naft Tehran en la capital del país, hasta que en el club aceptaron probarlo como portero, y se transformó en jugador profesional.


Irán jamás se dio por vencido. Tras el empate de penal, en el minuto 93, se olía que podía tener una última chance. La tuvo en los pies de Mehdi Taremi que recibió sin mucho angulo mientras lo achicaba la defensa y el arquero de Portugal. Definió a muy poquitos centímetros del palo derecho de Rui Patricio. Será una escena que recordará toda su vida. Hubiera significado ganar el grupo y dejar afuera a los de Ronaldo porque en el mismo instante España le empataba a Marruecos. Pero se quedaron fuera.

Hay muchas maneras de perder. Hay muchas formas de quedar fuera. En cuestión de segundos y por unos centímetros, la jugada de Taremi fue una pelota de tenis rebotando en la red. Por poco pasó Portugal, por poco hubiera pasado Irán y hubiera jugado con Rusia en duelo de aliados de Assad. Lo reprochable es no haberlo intentado hasta el final. Y no fue el caso. No es el caso de este torneo: sobrevuela cierta entrega amateur en cada partido de esta Copa. Y eso explica tanta paridad entre iraníes y portugueses o entre marroquíes y españoles.

Portugal, el campeón de Europa, está destinado a sufrir en este torneo. Deberá mejorar mucho si quiere vencer a Uruguay. Y cuidar al 7.

2 🇪🇸🏆🇲🇦 2

Ganó el entusiasmo

GRUPO B

Dos veces lo perdía España y dos veces lo empató. A los 14 Boutabid puso arriba a Marruecos, a los 19 igualó Isco. A los 81 En-Nesyri batió De Gea después de haber tenido varias situaciones de gol. España igual clasificaba porque se favorecía del resultado de Portugal-Irán aunque una repentina victoria iraní en los últimos minutos con ese resultado los dejaba fuera. Con la derrota, además, los españoles iban a jugar contra la dura Uruguay. El empate sobre la hora de Aspas con un taco sospechado de off-side y desmentido por el VAR, más el gol del empate de Irán lo dejaron sufriendo hasta el último minuto, pero al final como ganador del grupo.

España tiene una idea muy clara. Es el equipo con la idea más instalada de juego en todo el torneo. El problema es que a veces se la olvida. Deja espacios, regala la pelota. Cuando se dedica a jugar como sabe, es difícil pararlos. Si no se desordena, deberían pasar tranquilos a Rusia en octavos. El entusiasmo está, igual que del otro lado del Estrecho de Gibraltar: Marruecos salió a dejar la vida cuando ya estaba eliminado antes de jugar.


Marruecos es, como Irán, una eliminado injusto. Mereció ganar los tres partidos que jugó y apenas se llevó un empate, el de hoy. Eligió jugar este Mundial yendo al frente, con vértigo, generando peligro. Pero sus atacantes necesitan demasiadas oportunidades para meter una dentro. El entusiasmo sin efectividad cuesta caro en un Mundial. Les queda un camino a seguir como consuelo: tienen más por sostener que por corregir de cara a lo que sigue.

3 🇺🇾🏆🇷🇺 0

La medida justa

GRUPO A

Fue un partido que ubicó en el mapa del fútbol a uruguayos y rusos. Un baño de realidad. Rusia, que venía de ganar y golear frente a Egipto y Arabia Saudita se encontró contra un equipo en serio y perdió 0-3. Los uruguayos parecieron dar a entender que sus dos partidos anteriores fueron amistosos y que recién ahora juegan en serio la Copa.

Uruguay es un equipo intenso pero también sensible: romántico. Si el rival es débil le gusta ganarle por poco, sufrir ellos y no hacer sufrir al pobre equipo de enfrente. Pero si el que está enfrente es candidato -en este caso por la localía- la garra charrúa no aparece solo al final sino desde el principio.


En octavos, Rusia tendrá una prueba que está muy por encima de sus posibilidades individuales y colectivas. La derrota de hoy es más psicológica que futbolística porque deja picando la idea de que si se juega en serio no se puede. Los rusos deberán recuperar la autoestima, aprender la lección de hoy y salir a aguantar el partido más que buscarlo. Porque si generan espacios pasan cosas: basta preguntarle a Cavani y Suárez.


Uruguay está yendo como se va en los mundiales: de menor a mayor. Suárez, que había comenzado sin ritmo, está con el pie caliente. Cavani, que tenía un juego contracturado, ya estiró su despliegue. La defensa no está cargada de tarjetas y Muslera tiene confianza. Se dice que en octavos comienza el verdadero Mundial y ahí nadie tiene nada asegurado. Pero podemos estar seguros de algo: Uruguay dará pelea.

2 🇸🇦🏆🇪🇬 1

Igual que en la política

GRUPO A

Cuando juegan dos equipos ya eliminados, hay poco para tomar en serio.. Aunque a priori Egipto es más que Arabia en fútbol, no lo demostró. Fue un partido que reflejó más la realidad geopolítica que la de la pelota.


En la vida real la relación entre Egipto y los saudíes es un partido que ganan estos últimos. Egipto le debe dinero y apoyo político sunita a Arabia Saudita. Los árabes financiaron a los Hermanos Musulmanes durante “La Primavera Árabe” y después los apoyaron todavía más. Pero sobre todo hay un proyecto económico y político de los saudíes que pasa, literalmente, por Egipto. Le apuestan todo al Neom, una megaciudad tecnológica a orillas del mar Rojo, donde hoy hay desierto. Una especie de nueva Dubai en el marco de un proyecto hacia el 2030 que busca diversificar los negocios del cuidador de la Meca para no depender 100% del petróleo. Ya le bajaron por adelantado al gobierno egipcio al menos 10 billones de dólares. ¿Esto tiene que ver con el partido de hoy? No, posiblemente en absoluto, pero jugaron como si sí.

¿Arabia Saudita aceptará jugar en la casa de su archienemigo Qatar en 2022? Por lo pronto, deberán rezar más además de jugar mejor: los cuatro equipos que quedaron eliminados hoy son de países islámicos.

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